¿Cómo compuse MI REFUGIO ERES TÚ?

Era setiembre del 2014. Había tenido la oportunidad de vivir un retiro de sanación interior. Había impactado tanto este retiro en mí, que como siempre en los días sucesivos vas saboreando lo vivido,vuelves a leer lo anotado, es como rumiar lo aprendido.
Eso es muy edificante y recomendable pues muchas veces algunos retiros lo vivimos muy superficialmente, muy epidérmico y solo ligado a la emoción. Cada retiro, jornada, congreso y hasta después de nuestra propia oración diaria tiene que  aparecer compromisos y retos a conseguir. Jesús siempre nos pone retos para caminar en santidad.
Había un versículo que me gustó mucho en ese retiro y lo repetía constantemente y era el Salmo 46,1 que dice: "Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro auxilio en momentos de angustia".
En una asamblea de oración escuche decir a una predicadora que en cualquier situación de la vida, sea alegría o tristeza, aprenda versículos y los repita constantemente y como es Palabra de Dios, su Palabra tiene poder.
Con esa recomendación comencé muchas veces a repetir ese verso y la verdad no es mágico, me comencé a sentir protegido, cuidado, amado.
Reconfortaba mi corazón saber que Dios era mi fortaleza: me acordaba de las guerras de antaño y veía como las tropas buscaban un fortín para defenderse, pues lo asociaba mucho en mis situaciones difíciles,en mis pruebas. Pero a la vez, entendía que ese fortín era refugio. Y es que a veces hay situaciones que cuando la batalla está aparentemente"perdida" uno busca un plan B, donde huir, donde cuidarse.
Es ahí donde sentándome al piano tarareaba: "Pues mi refugio eres tú, solo tu puedes calmar, solo tu puedes saciar la sed de mi corazón" y es que confirmaba que nadie me puede amar como El.
Nadie como Jesús puede conocer hasta lo más profundo de nuestros sentimientos. Él nos conoce más de lo que nosotros mismos nos conocemos. Y por ende, sabe nuestra necesidad.
Pero también comprendía que si deseaba que Él llene mi corazón de paz, de amor, de confianza, etc tenía que decidir en vaciar mi corazón de vicios, de manías, de proyectos superfluos, de rencor, de resentimiento. Tenía claro que Jesús no puede llenar lo que ya está lleno.
Jesús levanta al que se reconoce caído, libera al que se reconoce esclavo, sana al que se reconoce enfermo. Y uno de nuestras tareas es soltar, dejar, vaciarnos para que así Jesús pueda llenar lo que vacío está.
Por eso le puse al final del corito: "Solo tu puedes llenar lo que vacío está, mi refugio eres tú".
Yo sentía que esa letra y melodía sonaba más como coro pero no encontraba estrofa. No dejé que me invada la impaciencia y grabé el coro en mi celular, guardándolo en el cajoncito de recuerdos.
En el año 2015 en un retiro para músicos en Piura fue donde, delante del Santísimo brotó unas palabras con melodía que decía: "Delante de Ti, me postraré, Amado Jesús". Comencé a decirle por primera vez a Jesús: ¡Amado!. Brotó de mi corazón. A medida que nos acerquemos a Jesús y enamorarnos más de Él, brotarán de nuestros labios palabras que el Espíritu Santo nos guíe.
Y comencé a añadir: "Pues tu eres fortaleza y protección, solo en Ti , encontré la salvación".
Tenía una bella estrofa, pero no me salía el coro. Más no me perturbé. Esa parte lo guardé también en mi cajoncito de recuerdos.
Dios tiene sus tiempos y la verdad estuve mucho tiempo con una estrofa sin coro y un coro sin estrofa. No me daba cuenta que las dos podían ser parte de una canción.
En el año 2016 una vez tocando el piano en un tiempo de angustia e incertidumbre, me acordé del coro y en mi oración personal le introduje esa estrofa nacida en otro tiempo.
Al cantarla percibí un toque de Dios que lo primero que me motivaba era llorar porque necesitaba sentirme protegido, cuidado, amado.
Abrí los ojos: Dios sabía lo que necesitaba en lo más profundo de mi corazón. Era postrarme, refugiarme y estar siempre con Él.
Y es más, yo no me daba cuenta que tenía que llegar en el tiempo de Dios. En el Kairós de Dios (Kairós significa el tiempo de Dios)
No paraba de cantarlo una y otra vez. Mientras más lo cantaba, sentía más la mano sanadora de Jesús en mi vida.
Esta canción es una de las que más canto en mi oración personal y me siento aliviado en su misericordia.
Me acordé de esa frase de Jesús en Mateo 6,6: "Pero cuando ores, entra a tu cuarto, y cuando hayas cerrado la puesta, ora a tu Padre que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará" Y la gran recompensa de Dios es su paz, su sanidad, su misericordia.
Recuerda que en El podemos encontrar la paz.
"Vengan a mi todos ustedes que están cansado y agobiados, y yo les daré descanso." Mateo 11, 28
Un abrazo en Cristo Jesús
LUIS ALCÁZAR

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